Nuevas leyes, nuevos cambios, nuevos libros…

Captura de pantalla 2013-09-02 a las 17.03.41La LODE en 1985, la LOGSE en 1990, la LOCE en 2002, la LOE en 2006 y ahora parece que nos van a deleitar con la LOMCE,  que entraría en vigor en el curso 2014-2015. En total 5 cambios en menos de 30 años. Concretamente en los cursos de primaria, cambiará la asignatura de Conocimiento del medio social, cultural y natural. La asignatura se dividirá en dos y, como consecuencia, tendremos dos libros; uno para ciencias sociales y otro para ciencias de la naturaleza.

Parece que estamos casi acostumbrados a que nos mareen cada cierto tiempo con cambios de letes… Pero cuando llega el momento de aprovechar un libro uno da gracias a Dios y piensa”¡soy un tío con suerte!” Total, por cambiar unos ejercicios de sitio y un par de fotos. Con los libros del colegio siempre nos acaban pillando. En este caso, no entraré a debatir si la LOMCE es más o menos buena, porque no vale la pena hasta que nos dejen a los profesionales de la educación y a las ampas (asociaciones de madres y padres) tomar cartas en el asunto. Pero de eso ya hablaré en otras ocasión. Confío en que esta ley sea mejor que la anterior.

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Un iPad para cada alumno…

Un iPad para cada alumno...

¿Cómo acabará la batalla digital? ¿Todos con gafas a los 20 años y medio ciegos a los 50? Da la sensación de que necesitaremos pastillas para prestar un poco de atención a un profesor que se moverá más lento que las imágenes que pasan por una pantalla. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes… Quién ganará ¿pantallas o papel? Seguramente no tenga que ganar ninguno de los dos, pero todos sabemos que detrás de una gran idea hay un gran proyecto de negocio. ¿Realmente quiere Apple facilitarnos la vida? o está pensando en los ingresos que lucrará la empresa al tener cada estudiante del mundo un iPad. De momento vamos a dejar que pase el tiempo. Estaremos atentos a los acontecimientos.

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Hemos de aprender a asombrarnos con las cosas pequeñas

asombro

Hace un par de días oí hablar de Catherine l’Ecuyer, investigadora y divulgadora de temas relativos a la educación.

Después de hablar con algunos padres que habían asistido a una conferencia suya me atrajo mucho la idea que promocionaba: educar a los niños en el sombro. Eso significa prestarle atención cuando descubre algo nuevo que a nosotros nos parece evidente.

El vertiginoso ritmo en el que se mueve nuestra sociedad, hay que aprender a parar; pero no un parar y seguir, sino un parar, reflexionar, profundizar, …y luego seguir. A veces nos encontramos haciendo cada día y no sabemos muy bien por qué lo hacemos.

Estamos en un mundo multi-tarea: conducimos, miramos el móvil, hablamos con el acompañante y la radio encendida. No es de extrañar que luego haya accidentes o que le hayamos enviado el mensaje a la suegra en vez de a la esposa.

Es evidente que hay algo que no funciona. Hay que cambiar. Y para cambiar el rumbo, hay que parar, reflexionar, examinarse en profundidad y mirar a dónde quiero llegar. Una ver tenga fijado el rumbo miraré qué medios pongo para conseguirlo.

Volvamos a los niños:

Si queremos que nuestros niños sepan apreciar las cosas, hemos de dejarles asombrarse por las cosas que van descubriendo y mostrar una mínima atención por su descubrimiento.  Catherine l’Ecuyer cuenta que un día su hijo le pregunto por qué no llovía hacia arriba en vez de hacia abajo. Está claro que los niños a veces desconciertan, pero no por ello hay que desechar sus observaciones. Debe ser que no están corrompidos por el ritmo de la sociedad y aún no han perdido esa sensibilidad por las cosas pequeñas que les lleva a asombrarse por los detalles de la creación y su accidentes.

Os voy a explicar un ejemplo real bien gráfico en el que se puede apreciar la exquisita sensibilidad de los niños:

A algunos os sonará la historia de uno de los mejores violinistas del mundo que se puso a tocar en medio del metro de Washington DC seis piezas magistrales de Bach y Schubert. Sólo alguna persona se paró y el que prestó más atención fue un niño de 3 años a quien su madre lo arrastraba. Durante 45 minutos sólo 7 personas, de las 1.000 que pasaron, se pararon a escucharlo. Se recaudaron 32 dólares.

Nadie pensó que el violinista era Joshua Bell, uno de los mejores del mundo. En los pasillos tocó una de las partituras más difíciles jamás escritas y todo ello con un con un Stradivarius “Gibson ex Huberman”, instrumento único en el mundo del año 1713, valorado en 3,5 millones de dólares. Dos días antes de este acontecimiento ya no quedaban entradas a la venta para su concierto en el teatro de Boston. Las entradas costaban casi 100 dólares.

Un niño de 3 años. Hay que dar más importancia a las cosas que nos dicen los niños. tenemos que ayudarles a no perder esa sensibilidad que tienen de asombrarse. La sociedad, la tecnología y el futuro ya se encargará de enseñarle a ser multi-taréa. Pero primero que aprenda -y que nosotros reaprendamos- a asombrarnos y profundizar en un tema. El pianista que toca más teclas tiene más facilidad de equivocarse.

Espero que este artículo te ayude como persona y te ayude a mejorar la educación de los pequeños ya seas padre o maestro. Pero recuerda que todos somos educadores.

Un abrazo,

Nacho

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